Desde pequeño nos hacen la pregunta que a veces marca nuestras vidas: ¿Qué quieres ser de mayor? De ahí, salen sueños realizados y frustrados, salen profesionales y bienaventurados, salen todos los que consiguen marcarse en un papel que los identifica.
En mi caso particular de pequeño quise ser arquitecto ya que todo lo relacionado con el diseño del hogar me apasionaba, esa fortaleza que algunos como yo le damos tanto poder y significado personalizando cada rincón de nuestro cobijo. Y que mejor que ser yo el constructor de la protección de la intimidad de tantos. Sin embargo, mis ideas y creatividad eran buenas, pero mi poca agilidad con el dibujo técnico truncaba un poco ese deseo.
Mama, yo de mayor quiero ser artista. Que frase tan genial y que niño no la ha dicho alguna vez. Pero yo no quería ser artista de cabeza de cartel, a mi me gusta más ir entre bambalinas, conseguir empujar a otros a conseguir su protagonismo y yo disfrutar con la magia del lugar. ¿Mi pasión? La música y el baile. Desde pequeño bailaba todo lo que me hacia sentir mover mi cuerpo, interpretar cada nota, cada letra de una canción me hacia sentir cosas increíbles a la vez que disfrutaba destrozarlas con mi voz (aunque en mi oído yo sonaba genial). ¿Mi fallo? Mi timidez, esa que me paraliza y no consigue expresar mi potencial cuando un público delante no para de mirar. Sin embargo, eso no me ha impedido frustrar mis ganas de bailar e incluso de enseñar baile a los más pequeños, haciendo que pierdan esa timidez que no les haga frenar como me frenaron a mi.
¿Por qué somos?, ¿Por qué pensamos?, ¿Por qué existimos? Qué mente más preguntona me toco vivir, y es que ella no para, ella va a parte de mi cuerpo y llega a lugares que yo no sé tocar. Por ello, intenté controlarla dedicándome a la psicología. Me enseño a vivir con mayor apertura y menos prejuicios, me ayudo a desinhibirme ante aquello que me reprimía. Con la psicología viví otras formas de pensar y de estar en el mundo que me enriquecieron haciendo de mi profesión una gran pasión, pero no hasta el punto de identificarme solo como "el psicólogo".
Al final tantas vueltas di en la vida que aún sigo perdido, pero sin mareos. Porque a ese arquitecto que intente frustrar sigue saliendo en pequeños detalles, en cada sueño sobre como debería crearse el mundo. Porque ese artista que se avergonzaba encontró una forma de expresarse sin pasar vergüenza y mostrar su talento. Porque ese psicólogo que tenía en mi consiguió florecer y formarse en aquello que ha hecho englobar todo lo que soy y poder usarlo para llegar a personas que buscan su camino y necesitan una mano que los ayude a empujarlos a donde ellos sin saberlo querían ir.
¿Qué eres? ¿A que te dedicas? Eso por suerte nunca lo llegaré a definir del todo, por
que esa mente que intente domar sigue por su cuenta buscando el lugar donde ir a parar.
que esa mente que intente domar sigue por su cuenta buscando el lugar donde ir a parar.
El Lugar Donde Viene A Parar la Mente.

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