Los encontraron maniatados,
por no saber a quién hacer caso.
Entre tanto cheque al portador
no recuerdan ya a qué pinta su color.
Nos encontraron derrumbados,
con el sufragio celebrado
y los sueños atrapados en cajas de cartón.
De los gritos, solo susurros,
de las promesas, ni palabra,
y al final acaban botando dos.
Ayer fuimos esclavos, hoy simples vasallos,
¿Y para cuándo ciudadanos?
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